martes, 20 de marzo de 2007

Seres

Frutos sangrantes de amores contrariados
del diluvio de los tiempos son las gotas
Que al ser meriendan ilusiones rotas
Como mendrugos los pájaros cansados

9 comentarios:

Alicia dijo...

Con razón a veces duele tanto la lluvia.

Laviga dijo...

Livio, livio...
y yo que pensaba que uno se protegía de la lluvia para no desteñirse, ahora resulta que era para que no se fagocite nuestras ilusiones rotas?
No sé dónde está el negocio entonces, de correr hacia un techo.
Igual, todo muy lindo, ya me voy. No le quiero espantar a Alicia. Entre santiagueñas hay códigos alto respetables, caramba!

Anónimo dijo...

y pensar que con un desodorante de ambientes esto capáz sería mucho más optimista...
y bue, se lo sigo debiendo.

Laviga dijo...

Ni te gastes, dea. A Livio le gusta el "ambiente" literario, con su olor y todo.
(perdón, perdón.. ya me iba)

Livio dijo...

Alicia: Pero un paraguazo bien dado...

Lavi: Q poco romantiscismo vuelva en marzo...
del 2008 claro.

Dea: q sea campos puros del señor

Lavi: No entendés que en marzo?

MaLena Ezcurra dijo...

Que maravillas de palabras, juntas son un tormento.

Me encanta tu manera de decir.

Cariños

Alicia dijo...

Laviga: jajajajaa, a mi no me espanta, para nada... yo también me he desayunado aquí con lo mórbido de la lluvia... ¿será entonces que Santiago ha sido favorecido?.. digo, como raramente llueve....

Livio dijo...

Malena: Gracias por la visita.
Aún sigo mareado por tus blogs.

Alicia: Pero hierve la tierra por dentro y se traga sus penas.

Anónimo dijo...

En el copacabana esto no pasa.

(y bueno, se me apagaron las luces. Trepen a los techos, ya llega la aurora)

Y eso

Ah!

Guarda con frutos!
Nunca, pero nunca nunca jamás vuelvas a mencionarlo.

Tu viga corre peligro